¿Te suena eso de mirar tarifas de luz y gas y sentir que te hablan en chino? Es súper normal. Con tanta oferta, elegir parece una locura. Pero, ¡espera! Aquí un pequeño secreto: la clave no es solo comparar precios a lo loco. Antes, necesitas entender tus propias necesidades. Este artículo va justo de eso: te ayudamos a elegir tu tarifa energética ideal enseñándote a mirar hacia tu hogar y tus hábitos. Vamos a poner un poco de luz en esto.
Analiza tus facturas: el primer paso para elegir tu tarifa energética
Reconozcámoslo, enfrentarse a las facturas no es el plan más divertido del mundo. Pero antes de mirar ninguna oferta nueva, necesitamos saber de dónde partes. Es como hacer la lista de la compra antes de ir al súper, ¿no? Coge tus últimas facturas de luz y gas (si tienes ambos). No te agobies, vamos a buscar solo un par de cosas clave:
- ¿Cuánta energía gastas de verdad (en kWh)? Olvídate un momento de los euros y busca la sección que dice “Detalle de consumo” o algo parecido. Ahí verás los kilovatios hora (kWh). Piensa en los kWh como los “litros” de energía que has usado. Ver cuánto consumes cada mes te dice si eres de gastar siempre lo mismo o si tienes picos (más calefacción en invierno, aire en verano…).
- ¿Cuándo usas más esa energía? Si tienes un contador de los nuevos, los inteligentes, tu compañía seguramente te deja ver online cuánto gastas casi hora a hora. ¿Eres más de mañanas, tardes o noches? ¿Los fines de semana se dispara el consumo? Esta información es oro puro. Si no lo tienes tan fácil, tira de memoria y lógica: ¿la lavadora va por la noche? ¿Trabajas desde casa? ¿Solo paráis por casa al final del día? Ser sincero/a aquí te ayudará un montón después.
Nosotros podemos ayudarte a ahorrar en tu factura de luz y gas. Contamos con un amplio equipo de expertos que revisarán tu consumo y si tienes una tarifa que verdaderamente se adapta a tus necesidades y a tu bolsillo. Y todo esto de forma totalmente gratuita.
Define tus hábitos: clave para saber qué tarifa de luz o gas necesitas
Vale, ya tienes una idea mejor de cuánto y cuándo consumes. Ahora, vamos a ver qué significa eso a la hora de buscar tarifa.
La potencia eléctrica: ¿cuánta necesitas contratar realmente?
La potencia se mide en kilovatios (kW) y es, para entendernos rápido, como el número de carriles de tu autopista eléctrica. Determina cuántos aparatos puedes tener enchufados a la vez sin que “salten los plomos” (el ICP, ese interruptor que a veces nos deja a oscuras).
- ¿Qué es exactamente? Es un coste fijo en tu factura. Pagas lo mismo cada mes por tener esa “capacidad” disponible, uses mucha o poca luz.
- ¿Cómo sé si tengo la correcta? Si nunca te saltan los plomos, ¡bien! Pero… ¿y si estás pagando por unos “carriles extra” que nunca usas? Pregúntate: ¿suelo poner lavadora, horno y microondas a la vez? Si la respuesta es “nunca” o “casi nunca”, quizás tengas margen para bajarla. Si tienes contador inteligente, a veces puedes ver la potencia máxima que has demandado.
Bajarla, si puedes, es un ahorro fijo todos los meses. Eso sí, tampoco te pases de frenada bajando, que quedarse a oscuras mientras te duchas no mola nada.
Tarifa fija, variable o con horarios: ¿cuál elegir según tu consumo?
Aquí viene una de las decisiones gordas, y depende totalmente de tus hábitos y de cuánto te gusten (o no) las sorpresas en la factura. Es un poco como elegir tarifa de móvil: ¿prefieres pagar siempre lo mismo aunque no uses todos los datos, o pagar justo por lo que gastas?
- Tarifa fija: Pagas siempre el mismo precio por cada kWh que consumes. Da igual la hora o el día.
¿Te ayudamos a ahorrar en tu factura?
Es perfecta si buscas tranquilidad total, no quieres sustos en la factura y tu consumo es más o menos parecido todos los meses. Perfecto si no te apetece estar pendiente de cuándo pones la lavadora. La pega: Esa tranquilidad suele tener un pequeño sobrecoste. Es como pagar un seguro anti-sorpresas.
- Tarifa variable (o indexada): El precio del kWh cambia cada hora de cada día. Va ligado a cómo esté el mercado mayorista de electricidad (el famoso “pool”).
¿Te ayudamos a ahorrar en tu factura?
Es una buena opción si eres de mirar precios, puedes usar los electrodomésticos grandes en las horas más baratas (normalmente noches y findes) y no te importa que la factura suba o baje cada mes. Puedes ahorrar bastante si el mercado acompaña. La pega: Estás a merced del mercado. Si los precios se disparan, tu factura también. Requiere un poco más de atención.
- Tarifa con discriminación horaria (DH): Tienes precios distintos para el kWh según la franja horaria. Lo normal es: horas punta (las más caras, en medio del día laborable), horas llanas (precio intermedio) y horas valle (las más baratas, por la noche y todo el finde).
¿Te ayudamos a ahorrar en tu factura?
Si realmente puedes pasar gran parte de tu consumo (lavadora, lavavajillas, carga del coche eléctrico si tienes…) a las horas valle es ideal. El ahorro puede ser muy interesante si te organizas. Pero si consumes mucho en horas punta, te puede salir caro. Necesitas cambiar un poco tus rutinas.
¿Y entonces? La respuesta está en lo que has descubierto sobre ti.
- Si valoras la paz mental por encima de todo: fija.
- Si eres flexible con tus horarios y buscas ahorrar activamente: discriminación horaria (si puedes concentrar consumo en valle) o variable (si te gusta seguir el mercado).
- Si estás en casa todo el día y el consumo es constante: Una fija puede ser lo más simple, o analiza con calma si los números de la DH te cuadran.
¿Tarifa dual (luz y gas) o por separado? Analiza el ahorro
Si usas gas natural además de electricidad, verás ofertas que te lo incluyen todo. A veces, contratar el “pack” tiene descuento. Pero no siempre la mejor compañía para la luz es la mejor para el gas. Compara siempre por separado primero, y luego mira si la oferta conjunta mejora de verdad el precio total. Quizás te interese profundizar en las comparativas de tarifas energéticas específicas de 2025 para ver tendencias.
Energía 100 % renovable: ¿prioridad al elegir tu tarifa?
Cada vez más gente prefiere que la electricidad que consume venga de fuentes renovables (sol, viento, agua…). Muchas compañías lo ofrecen.
- ¿Qué significa esto en la práctica? La compañía compra unos certificados (Garantías de Origen - GdOs) que aseguran que una cantidad de energía equivalente a la tuya se ha producido con renovables. No es que los electrones que llegan a tu casa sean distintos, es un compromiso certificado.
- ¿Cuesta más? Ya no tiene por qué. Hay muchas tarifas verdes competitivas.
- Tu elección: Si la sostenibilidad te importa, es un filtro más a aplicar en tu búsqueda.
Más allá del precio del kWh: otros factores al elegir tu tarifa
Ya controlas los tipos de tarifa y cómo se adaptan a tu consumo. El precio por la energía que gastas (el famoso kWh) es importante, sí, pero no es el único factor en juego.
Hay otros detalles que pueden marcar una gran diferencia y a veces están escondidos en la letra pequeña. Antes de dar el “sí, quiero” definitivo a una tarifa, asegúrate de revisar bien estos puntos clave:
- La permanencia: ¿compromiso o libertad?: algunas ofertas, sobre todo las que parecen muy baratas al principio, te exigen quedarte con la compañía durante un tiempo determinado. Si decides cambiarte antes, tendrás que pagar una penalización económica. No valorar esto es es uno de los errores más comunes al contratar
- Los servicios adicionales: es muy típico que intenten añadir extras a tu tarifa: servicios de mantenimiento para la caldera, seguros para reparaciones eléctricas urgentes, asistencia informática… Antes de aceptar, párate a pensar. ¿Tienes ya coberturas similares en tu seguro de hogar? ¿Crees que vas a utilizar ese servicio específico?.
- La atención al cliente: piensa en cómo prefieres que te atiendan si tienes una duda o un problema con tu factura o suministro. ¿Es imprescindible para ti poder hablar por teléfono con una persona? ¿O te sientes cómodo/a resolviendo las cosas a través de chats online, correos electrónicos o una aplicación móvil?
Tener claros estos tres aspectos –la permanencia, los servicios extra y la calidad de la atención al cliente– junto con el precio por kWh y el tipo de tarifa, te permitirá tomar una decisión mucho más informada y acertada. No te quedes solo con el precio más bajo a primera vista.
Preguntas frecuentes sobre cómo elegir tu tarifa energética ideal
¿Y si no encuentro fácil mi consumo por horas?
▲¿Cómo sé si me va bien la DH? Si tu compañía no te da acceso fácil a esos datos online, haz una estimación casera pero sincera. Piensa en una semana normal: ¿cuándo pones lavadoras/secadoras? ¿Lavavajillas? ¿Horno? ¿A qué horas se enciende más la calefacción o el aire? ¿Hay gente en casa de día? Apunta tus rutinas principales. Si ves que mucho gasto coincide con la noche o el finde, la discriminación horaria (DH) podría ser una buena opción a investigar.
Vivo de alquiler, ¿puedo cambiarme de tarifa yo mismo/a?
▼Por supuesto. El contrato de la luz y/o gas debe estar a nombre de quien vive allí y paga las facturas (o sea, tú, el inquilino). Tienes todo el derecho a elegir la compañía y tarifa que quieras. Lo único que necesitas son los datos del titular actual (si no eres tú aún) y el código CUPS (es como el DNI de tu contador, viene en cualquier factura). Asegúrate de que el contrato esté a tu nombre para tener el control.
¿Mercado libre o regulado (PVPC)?
▼¿Qué lío es este? Buena pregunta. Es otra elección importante:
- Mercado regulado (tarifa PVPC): Su precio cambia cada día y hora, fijado por el Gobierno según el mercado. Solo unas pocas compañías la ofrecen. Es la única vía para pedir el Bono Social (ayuda para consumidores vulnerables). No tiene permanencia.
- Mercado libre: Aquí están la mayoría de compañías. Cada una pone sus precios, condiciones, ofertas, tarifas fijas, planes con horarios propios, descuentos... Tienes muchísima más variedad para elegir.
¿Cuál es mejor? No hay respuesta única. La PVPC puede ser más barata si el mercado está bajo, pero te expones a subidas fuertes. El mercado libre te da estabilidad (fijas) o planes más adaptados. Conocer tu perfil (como hemos hecho aquí) te ayuda a decidir si prefieres la variabilidad de la PVPC o la previsibilidad/variedad del libre.
¿Debería revisar mi tarifa cada año o me olvido?
▼Lo ideal es no olvidarse. El mercado energético se mueve mucho. Tus hábitos también pueden cambiar (teletrabajo, un electrodoméstico nuevo, hijos...). Una buena costumbre es echarle un vistazo a tu tarifa al menos una vez al año, o siempre que se acerque el fin de tu contrato si tenías permanencia. Dedicarle un ratito una vez al año puede significar un buen ahorro sin mucho esfuerzo.